ARGENTINA: Los aborígenes y la emancipación americana.

(enviado por AIPIN)
(Fuente: ISQUITIPE*/ Número 69)
Si quisiéramos buscar una explicación a las ideas de marginación del aborigen americano que inaugura la conquista española en estas tierras, seguramente podríamos anotar diversos acontecimientos que ayudaron a forjar esta creencia.

El año 1492 es un año de múltiples acontecimientos en la península.

Poco antes de iniciarse la primera expedición de Cristóbal Colón al Continente Americano, en España se produce la expulsión de los árabes y los judíos y la unificación del territorio en manos de las Coronas de Castilla y Aragón. Esta expulsión y unificación del territorio la realizan los monarcas, aliados con los sectores conservadores, feudatarios de la tierra.

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Junto con los moros y los judíos que eran sectores muy dinámicos de la sociedad española, ahora expulsados del territorio, también resultan estigmatizados y segregados otros sectores progresistas, como era el caso de los manufactureros de Barcelona, Valencia, Valladolid, Segovia y Toledo.
No es despreciable el papel de la Iglesia Católica en esta guerra contra los moros y judíos, ya que ella le va a dar el componente religioso y convertirla en una guerra santa contra aquellos que niegan la religión oficial del Reino.
Al fin de cuentas, en este tren de descubrir a los herejes, bien pudo entenderse esta guerra Santa como una continuación de la vieja disputa con las tribus bárbaras- germanas- que habían invadido el Imperio Romano. Desde aquella lejana invasión, “ser bárbaro” era sinónimo de no ser cristiano, es decir, pagano.
Si había alguien a quien le cabía el nombre de bárbaro era a los europeos, herederos de los germanos y su dominación. Sin embargo ese término lo utilizaron en América para despreciar al nativo, que, como era obvio, no era cristiano.
También nos olvidamos a veces, del papel que juegan los papas en legitimar la posesión de las tierras conquistadas, ya que la Iglesia Católica era la autoridad terrenal suprema y en ese sentido tenía poder de decisión en todas las tierras descubiertas y por descubrir.
El papa Alejandro VI emite las Bulas Inter Caetera I y II adjudicando las tierras a España y Portugal. La divisoria sería una línea imaginaria trazada a 100 leguas al oeste de las Islas Azores.Téngase presente que me refiero a la Iglesia Católica como institución. Con respecto al credo cristiano, que es una doctrina espiritual, como tal, tiene muchos puntos de contacto con la cosmovisión de los pueblos originarios, de allí que fuese posible el llamado “sincretismo” religioso. Ello explica también que algunos de estos religiosos se convirtieran en defensores de los indios, frente a los propósitos de conquista y sometimiento de los conquistadores.
De manera que la expulsión de los moros y judíos se realizó también por propósitos religiosos; éste no es un dato menor, como no lo es que el fin de evangelizar a los indios es un elemento fundamental para comprender la conquista española en América. También es fundamental para entender la divisoria de aguas de los conquistadores con respecto a los nativos americanos. Aquellos eran cristianos; estos, los nativos eran bárbaros, salvajes o como se los denominaba, con distintos sinónimos.
La colonización española forma parte del proceso de expansión del blanco europeo hacia el resto del mundo; hacia territorio americano, como también hacia el África y otros continentes. El famoso humanismo que pone al ser humano como centro del mundo, se refiere indudablemente al hombre blanco europeo, ya que los hombres de otras culturas no blancas resultarán marginadas y dominadas.
Por eso es interesante escuchar al jefe Seatle de la tribu Suwanish referirse a los blancos (alrededor de 1850): “Los blancos también pasarán, y tal vez antes que todas las demás tribus. El que contamina la propia cama, un día se sofocará en su propia basura. Pero en su propia desaparición, brillarán con fuerza encendida por el poder del Dios que los trajo a esta tierra y, por alguna razón, les dio dominio sobre el hombre rojo. Este destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos qué pasara cuando todos los búfalos estén muertos y todos los caballos domados, cuando los rincones secretos del bosque estén llenos del olor de muchos hombres y la vista de las sierras esté llena de cables para hablar”. (Párrafo destacado por nosotros) En América española, la conquista creó un sistema de castas, para asegurar el poder de la minoría europea que va a usufructuar todos los puestos en el sistema político y la titularidad de las mercedes de tierras y encomiendas de indios.
Si bien los aborígenes jurídicamente eran libres para la Corona Española, en los hechos se convirtieron en la mano de obra servil sin ningún derecho, con la excusa de la evangelización y la protección de los conquistadores.
Uno de nuestros propósitos es aportar a esclarecer la participación de los aborígenes y otros grupos, como los negros, mestizos, etc en los distintos acontecimientos de nuestra historia americana, porque – como dice un esclarecido dirigente indígena ecuatoriano- , estábamos todos presentes, pero no nos mirábamos de frente, sino que estábamos de espalda. Este es el camino de recuperar la identidad de cada uno, porque esclarecer los hechos que todos los sectores y pueblos han protagonizado, no oscurece los fines propios de cada uno, al contrario ayuda a este proceso identitario.
El investigador Carlos Martínez Sarasola lo ha dicho con estas palabras: “Porque todos los estudios hechos, que a mí siempre me chocaron un poco, tratan al indio separado de la sociedad, es decir por un andarivel corre la historia nacional, y por otro corre la historia de las comunidades indígenas”.(Antropología popular)
Justamente, es esto lo que hace la historiografía oficial, al negar la participación de los aborígenes y los negros en los distintos acontecimientos de nuestra historia. De esta manera lo siguen considerando “extraños” a esta realidad y le quitan toda legitimidad a sus reclamos. La América indígena y negra , para ellos , no existe.
PARA MUESTRA BASTA UN BOTON
Uno de los historiadores “oficiales” es sin duda Bartolomé Mitre. En su obra “Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana”, con la lujosa pluma que lo caracteriza, dice de la revolución emancipadora:
“Cinco razas, que para los efectos de la síntesis histórica pueden reducirse a tres, poblaban la América Meridional al tiempo de estallar la revolución de la independencia: los españoles europeos, los criollos hispanoamericanos y los mestizos, y los indios indígenas (sic) y los negros procedentes de Africa.”… “Los criollos, los descendientes directos de españoles, de sangre pura, pero modificados por el medio y por sus enlaces con los mestizos que se asimilaban, eran los verdaderos hijos de la tierra colonizada y constituían el nervio social. Representaban el mayor número y cuando no, la potencia civilizadora de la colonia”…”los más enérgicos”…”los únicos animados por un sentimiento de patriotismo innato”… etc. etc (pag 37).