Copa Americana de Fútbol de los Pueblos Indígenas

Se juega en Chile la Copa Americana de Fútbol de los Pueblos Indígenas

La Copa Americana de Fútbol de los Pueblos Indígenas comenzó a jugarse en Arica, Chile, tras la apertura de los juegos presidida por la mandataria chilena Michelle Bachelet y al grito de «afafán» -usado para la guerra o celebración por el pueblo mapuche-, con el canto y baile de los pueblos rapanui y aymará.

Las palabras de bienvenida de la ceremonia en la que participó Télam dieron el presente a todos los pueblos participantes mientras ingresaban las delegaciones de los países competidores.

Tras la entrada llegó el turno del baile inaugural de un grupo de rapanui -originarios de la Isla de Pascuas-, que desafiaron descalzos pese a las bajas temperaturas, con taparrabos y torsos desnudos los varones, y diminutas faldas de plumas blancas y breves atuendos cubriendo sus bustos las mujeres.

La poeta y cantante mapuche «Antoliwen», de la comunidad de «Peñalolen» -en lengua mapuche, «lugar de ceremonia»-, cantó en idioma mapuzdungún, mientras desde las tribunas flameaban banderas mapuche junto a otras de Chile y demás países participantes.

Alrededor de nueve pueblos originarios que habitan actualmente en el país trasandino brindaron sus danzas ancestrales acompañados de sus típicas vestimentas, muy coloridas, y el cierre fue protagonizado por pueblos aymará del altiplano andino.

Sin mayor preámbulo dió inicio el partido inaugural, que fue seguido por la presidenta Bachelet desde la tribuna, acompañada por autoridades y representantes de los diversos pueblos originarios chilenos.

El seleccionado de Chile, compuesto mayormente por mapuches con refuerzos rapanui, igualó 2 a 2 frente al seleccionado de Perú.

Mientras se desarrollaba el encuentro los jugadores argentinos siguieron las alternativas del juego, muy emocionados en la tribuna, esperando su hora de jugar.

Gustavo Gracionis, del pueblo chané, expresó a Télam: «Esto es una experiencia que va a quedar muy grabada en mi vida: nunca pensé que iba a vivir esto, todavía me cuesta creerlo».

El joven se sumó a la selección desde la comunidad de Campo Durán, de Aguaray, en la provincia de Salta. El año pasado terminó su formación secundaria y este año comenzó a cursar computación, cuando le llegó la invitación de viajar a Buenos Aires a probarse para la selección.

«No lo dudé en ningún momento, sobre todo porque no tenía bien definido qué iba a hacer allá en Aguaray», relató.

Gustavo se declaró «ansioso» y dijo con voz entrecortada que no veía la hora «de vestir nuestra camiseta y salir a jugar a la cancha».

Carlos Catrileo , Enviado especial

fuente: www.telam.com.ar