Inty Raymy 2007 – Parte 3 y 4

Parte 3 – Yuyanas

Michina, en el campamento

Michina, en el campamento

Soñé muchas cosas mientras viajaba, a veces el dolor de una puntada me despertaba, solo le pedía a mi cuerpo que me dejara hacer lo que tenía que hacer.

Alguien “se llevó” el estuche de CDs de Mariana, un último chiste, allí estaba Taky Ongoy que siempre nos gusta escuchar en esos días.

Córdoba y San Fernando quedaron atrás.

Desperté con ánimo, hasta de tomarme unos mates con los chicos, charlamos sobre lo que nos había pasado, el nuevo ciclo, el nuevo año tendría que traer algunos cambios.

Me anime a bajar del micro en Tinogasta y regodearme con el paisaje y el sol de la mañana, era un tiempo espléndido, ojalá el 21 amaneciera así.

Londres

camino al Shinkal

Camino al Shinkal

Sonrisas, como para no tenerlas, ya estábamos en Londres!

Bajamos todos los paquetes y las mochilas, los choferes a diferencia del trato que nos dispensaron en Retiro ahora que sabían mejor lo que veníamos a hacer después de charlarlo en diferentes momentos, nos saludaron y nos desearon mucha suerte.

Me pareció ver a alguien conocido que venía caminando por la vereda en la que estábamos, a pasos de la plaza.
Sí, era Juan Pablo González, UMA, con sus rastas, un escritor maravilloso con quien hermanamos camino hace ya unos años compartiendo historia, un alegrón, las cosas ya empezaban a fluir.

Paso obligado por la municipalidad.

Secretaría de cultura y turismo, sale el Walter, su mirada me dice… «Huy, vinieron nomás… con todo lo que tengo que hacer para la fiesta del pueblo».

Nos recibe amablemente con un «¿Qué necesitan?».

Fuimos expeditivos, aprendimos la fórmula.

Leña, radio, que el colectivo que va hasta el Shinkal haga un último viaje a las 24 hs para el pueblo, para que la gente pueda ir y venirse a esa hora; si están listas las cabañas de la muni, una para agilizar el trabajo y no tener que armar campamento (no están inauguradas… hay que armar campamento); traslado hasta el camping con todas las cosas.

Cabañas

Cabañas

Concedido, sin vueltas ni restricciones.

La radio FM Quimivil, único medio de comunicación en la zona, ya que para la zona del Shinkal no hay línea telefónica y -en ese entonces- no había señal de celular hasta Belén, tuvo problemas técnicos. La nuestra es una entrevista corta, pero siempre sirve, es muchísima la gente a la que se llega por este medio, invitamos a los músicos a que se hagan presentes las noche del 20.

Increíble, una combi a nuestra disposición para llegar al camping… la atestamos de cosas.

13 hs, a casi 24 de haber emprendido el viaje, estamos por fin frente al arroyo de la acequia… no puedo aguantar, me saco la ropa y me pego un buen golpe de agua, lo voy a necesitar, hay mucho, mucho por hacer.

Un colibrí, Quenti, Quenti! Se descuelga de una rama y nos pasa volando casi al lado, un señor recibimiento.

Michina también viene a saludarnos!!! (es la gata que nos acompaño el año pasado) ahora solo falta la Picha (la perrita que nos acompaña desde la primera vez).

El dolor persiste pero hay una actitud diferente, ya estoy donde tengo que estar, así que si quiere doler que duela… se suma un fuerte dolor en la espalda a la altura de los pulmones, posiblemente de una mala posición al dormir en el micro… si la cosa no mejora o llegase a empeorar, Omar deberá ponerse al frente… sé que esta preparado.

Omar es vital, no se puede pensar en Otorongo Wasi sin Omar, su dedicación, su trabajo constante, su entrega.

Whipala en el campamento

Whipala en el campamento

A veces siento que solo soy la carcaza, la parte de afuera, que da la cara, y que Omar maneja desde detrás… y detrás de Omar, Milu Monona… y desde detrás de nosotros Mariana, desde un mundo plagado de gente, pasado, futuro y sombras donde nosotros somos simplemente perfectos desconocidos.

El agua esta fría y transparente… como siempre, me fundo en el paisaje, las montañas, el cielo sin nubes, un jote pasa rozando la copa de los árboles, nuevamente encuentro el sentido, la magia viene cabalgando desde los montes, y estamos ahí para recibirla…

Parte 3 – Akuychis nokayku riku Sacha

Las cosas sencillamente son, esa tarde salimos buscando una calle trasera que esta a solo unos cientos de metros del campamento para adentrarnos al monte, pero hay una nueva valla perimetral que cuando la miramos nos dimos cuenta de que era imposible sortearla, por lo cual decidimos salir del camping y meternos al monte cerrado.
Y cuando digo cerrado, es cerrado… costumbre personal no utilizar el machete a no ser que sea tremendamente necesario.

Un pequeño sacrificio de sangre al monte nuca le viene mal, yo ofrezco mis manos y mis brazos a los espinillos para que ellos hagan su labor y se cobren lo que le pertenece al Yastay, es mi manera de pedir permiso para que las cosas salgan como tienen que salir, ni mas ni menos.

Uma, Mariana, Omar y yo dimos un largo recorrido hasta que dimos con lo que buscábamos.

Mientras escribo me acaricio una cicatriz que quedo en uno de mis dedos índice de este recorrido.

Nos dejamos llevar por las señales.

Juan, el Negro, Uma, Omar, Marieta y Mariana

Juan, el Negro, Uma, Omar, Marieta y Mariana

Los pájaros… ¡qué tema el de los pájaros! Se me ocurre pensar en que tengo que escribir algo sobre ello, sobre esto que muchos nombran como el «Lenguaje de los pájaros», que ciertas personas entienden o parecen entender.

A mi se me da por tratar de entenderlos.

Y ellos nos señalan cosas.

Un jote se empeña en dar giros cada vez más bajos sobre un lugar específico, justo alli encontramos una conana, signo inequívoco de que vamos por buen camino.

Encontramos lo que buscamos para la ceremonia de mañana…