Celebración del Inty Raymy – 2006 – Catamarca – Parte 3

Ymayna PakarynkyInty Llojhsina

Ofrenda a la Pacha Mama

Ofrenda a la Pacha Mama

Y así empezó a clarear. Ya casi lo necesitábamos, en esos momentos cuando lo largo de la noche se hace presente.Desde la nada empezamos a escuchar el sonido clarísimo de una quena que se fue acercando y paso frente a nosotros. Era un muchacho que absorto en su sonido se encaminaba hacia la pirámide. Para Mariana y para mi era la encarnación de Kokopeli , una figura pintada en algunos lugares que representa a un flautista.

Preparamos nuestras cositas para hacer las ofrendas a la Pacha y al Inty y partimos para la pirámide.

Realizamos las ofrendas casi en el mismo lugar que el año anterior. Siempre es un momento emotivo, donde todos y cada uno participan ofrendando sus cositas. Algunas de las personas que se fueron temprano nos dejaron cosas para ofrendar y amorosamente las depositamos en el lugar.

en rumbo

Rumbo a ‘la pirámide’ (en la ampliación se puede ver a la gente parada en la cima)

Repartimos los instrumentos, y empezamos a hacer ruido para llamar al Tata Inty.

A eso de las 6 de la mañana unas nubes densas empezaron a cubrir el cielo, estaba amaneciendo nublado.

A paso firme nos encaminamos escalón por escalón hacia la altura, donde el otro grupo había permanecido toda la noche.

A esa altura ya se habían ganado plenamente el respeto de todos, no habían dejado de tocar en toda la noche, y eso de por si ya era una acción más que meritoria.

El encuentro fue silencioso, si es que se puede decir! En realidad fue una sumatoria de ritmos, con un gran respeto, nos recibieron con un par de temas de Taki Ongoy, que esas alturas ya era más que representativo para todos.

Nos sumamos entre todos, nos fundimos, todo a través del ritmo, tambores, didgeridoos, kalimbas, cuencos, maracas, todo conjugado para recibir al Sol.

Fue hermoso.

el otro grupo permaneció en la pirámide

Foto del otro grupo tomada desde abajo

El silencio fue de palabras, sobraban, el encuentro fue de corazones.

Allí sentado junto a Omar mirando fijamente hacia donde debiera salir el astro comprendí muchas cosas.Creo que fueron más de dos horas interrumpidas, sin embargo los brazos ya no dolían, era un trance que no conocía, allí las cosas eran muy claras.

Tiempo atrás, en Bariloche, vi una imagen cuando al finalizar una ceremonia el grupo de gente presente empezó a movilizarse con música electrónica. A mi me parecía un sacrilegio, pero de repente una imagen y una voz apareció, nunca olvidaré las palabras…”quiero 3000 años más!”.

Era como si la Mamaicuna me mostrase parte del futuro, el devenir de los tiempos, algo que de una forma u otra pasaría, yo sentí que pertenecía todavía a la vieja era, que era parte de un pasado que debía darle paso a lo nuevo, que así debía ser.
Allí en ese momento, en ese lugar asistí, quizá sin saberlo, a ese puente que une un tiempo con el otro.
Cada uno a su manera, con sus costumbres y con su propia manera de interpretar el respeto y la devoción.
Las nubes no iban a retirarse. Casi… pero no.

Ñustas

Juan a punto de shingar Agua Florida a las Ñustas

Ya era la hora, el Sol debía estar frente a nosotros, continuamos otra hora más, y otra, hasta que algo me dijo de qué se trataba.

Ambos grupos no deseaban ceder un solo instante, pero nuestra gente estaba ya cansada. Había sido una larga noche, plagada de experiencias, y en el fondo de mi corazón entendí que el primer rayo de esa mañana había sido ganado por quienes tanto empeño habían puesto.

Fue muy cómico cuando el otro grupo se dio cuenta que también nosotros habíamos bebido el elixir sagrado, eso nos aunó más aún.

Era hora de descender.

Así lo hicimos paso a paso, y fue increíble, no había pasado mas de 15 minutos, y allí apareció para la algarabía de todos!!!! Se mostró para todos!!!, no nos dejo sin su presencia.

La tarea estaba cumplida.

Justo antes de retirarnos un grupo de preciosas ñustas, unas princesitas de no más de 10 o 12 años, vinieron a nosotros, una de ellas me preguntó… ”¿No van a venir más o van a venir el año que viene? Porque si vienen los vamos a estar esperando”.

Era realmente mucho.

Tan solo por ellas, si fuera necesario, estaremos allí el año entrante.

Epílogo

La noche antes de partir

La noche antes de la partida

Hace falta contar que la despedida del lugar fue un regalo más?Esa tarde con Pablito queríamos ver el partido de Argentina, fuimos hasta una casa que tenía antena de DirecTV, golpeamos, y preguntamos si lo estaban viendo. Don Morales sin demoras nos invito a compartir el partido.

Al atardecer nos despedimos de Manuel, Rosa y los chicos. Nos llenaron de regalos, a todos y a cada uno, las lágrimas corrían sin pudor por las mejillas de todos.

No podía ser de otra manera.

Dejamos a Pablito, Marieta y Peter. Ya habían partido al mediodía.

En la madrugada del día 23 partimos para Córdoba.

En el Uritorco!

Atardecer en el Uritorco

Allí me di uno de los lujos más enormes, subimos hasta el primer descanso del Uritorko, con todos los Sinchis y vimos uno de los mejores atardeceres, un Inty rojo y profundo, unos cóndores que pasaron a saludar como quien no quiere la cosa. Cosas que sanaron todos los males que mi cuerpo cansado presenta con los años.

Descenso saltando sobre las piedras como esa danza que aprendí hace años y mis piernas recuerdan y ejecutan como si no se hubiesen enterado del paso del tiempo, la “reflexología” de las piedras!!!!

En verdad no quería subir solamente hasta allí, siempre le prometí a este cerro que cuando empiezara a trepar lo subiría hasta su cima, como siempre. Pero los tiempos han cambiado tanto… no creo que se haya ofendido después de tanto tiempo de compartir cosas juntos.

En los Terrones!

Los Sinchis en Los Terrones

Pero me di otro lujo, subir sin pagar, como lo hice durante casi 10 años!!!

Una casita de gente conocida de Omar, una ducha y un asado de vegetales y algo de carne, dormir en una cama, ciertamente merecido.

Al otro día, excursión a los Terrones. Tantos recuerdos, tantos… y ahora todos juntos allí, compartiendo, disfrutando, “viajando como locos” como bien dijo Mili.

Unos jotes que nos saludaron bien cerquita, un pan casero en las alturas.

A la salida fuimos a la casa de un luthier, Andy, que nos mostró un instrumento que nunca habíamos visto, propio de los Comechingones.

La 'Piedra Bola'!

Los Sinchis en la ‘Piedra Bola’

Le compramos varias cosas, entre ellas un regalo que Mariana esperaba desde hace tiempo, un tambor de tipo Siberiano, una exquisitez!

Los mogotes para cerrar la jornada. Subida para “escaladores solamente!” según la dueña de los terrenos por donde pasamos.

Mi querida Piedra Bola, la impertérrita, la eterna, la vigía, mi novia de piedra, junto a ella otro atardecer para no olvidarse nunca. Allí vi a los Sinchis en todo su esplendor… sencillamente brillaban de sonrisas, de compañerismo, de amistad, de MAGIA, del sincero Amor de compartir el camino y la tarea, quizá sea así como los recuerde por siempre, un grupo de guerreros del atardecer, brillando cuando entra la noche.

Regalitos en el centro, para llevar, una pasada por la Secretaría de Turismo para charlar sobre un proyecto que hace tiempo anda dando vueltas en la cabeza. Fideos, muchos fideos, y a la cama.

Salimos de mañanita. Entramos a Bs. As. en medio del partido del sábado. Primera despedida Mili, segunda Omar, tercera nosotros y los Nenis que seguían rumbo a Mar del Plata. Gol de Argentina!

“Así los que vinieron de ningún lugar para ir a ningún lado regresaron a sus moradas, a sus luchas cotidianas, como unos Amautas del siglo XXI, solo tres parejas y un grupo de amigos, todos con el sueño de traer a la vida un puñado de cosas viejas, porque simplemente es el momento, es parte de las profecías, es parte del Pachakuty.

Son pocos en nombre de muchos, pero son muchos más que pocos, es un tiempo de puentes, puentes con el futuro, Los Wayras,, Los Sinchis, ya son parte de una historia.

Mientras tanto las piedras ensangrentadas de los valles mitigan su grito silencioso con el recuerdo, los arenales, los montes, las montañas, los arroyos sienten por un momento el viejo esplendor, de cuando la gente caminaba erguida en comunión con lo que le rodeaba, de la bravura de los guerreros anónimos que dieron sus vidas por mantener las tradiciones, allá en el Calchaquí.

Ellos los recuerdan, y por un instante un viejo guerrero del Shinkal levanta su brazo en alto con su cushma y su maza, con su bincha dorada… y sonriente desaparece a los ojos de los hombres.

Ellos los recuerdan, y al hacerlo se recuerdan a si mismos”.

PD: Con Mariana vivimos en Quilmes, para llegar a casa hay que tomar avenida Calchaquí, y doblar en 12 de Octubre.
A veces la vida tiene esos chistes!

Juan Acevedo Peinado

Hijo de Don Juan Acevedo e Ignacia Soledad Peinado, criado por Nelly Anunciación Peinado, nieto de Glicerio Ventura Peinado y Arsenia Peinado, nieto de Nicolasa Acevedo y José Peregrín Torres, bisnieto de Yna y de Bárbara Peinado.

Al finalizar esta nota el municipio de Londres estima incluir en forma permanente la festividad del Inty Raymy dentro de la semana de festejos anuales del pueblo, desde el 20 de Junio al 24 del mismo mes.

Fotos adicionales:

Jote sobre el Shinkal
Jote sobre Los Terrones
Cóndores sobre el Uritorco