El Museo Británico pregunta: ¿Quién mató a Moctezuma?

Por: Rafael Ramos* – Londres
(enviado por Vero Chesini)

Máscara MoctezumaDIOS DEL SOL. Máscara
de mosaico turquesa (1400-1521), uno de los objetos de la exposición Moctezuma: Emperador azteca, que representa
probablemente a Tonatiuh, como se denominaba el dios del sol.


El Museo Británico dedica la temporada de otoño al revisionismo histórico. Con
su amplio bagaje de conocimientos en materia colonial – buena parte de su
maravillosa colección no estaría en Londres de no haber sido gracias al
imperio-,ha decidido investigar a través del arte la relación entre españoles y
aztecas, la conflictiva figura de Moctezuma y las misteriosas
circunstancias de su muerte. La recién inaugurada exposición es casi más
intrigante que un thriller de Stieg Larsson.

¿Fue apedreado el líder
mexica por su propio pueblo después de una matanza de nobles, acusado de
colaboracionismo con los invasores? ¿Se suicidó con el orgullo herido, incapaz
de soportar su vergüenza, ansioso de redención? ¿O acaso lo mataron los
españoles una vez que les había servido el poder en bandeja y ya carecía de toda
utilidad? El British abre de par en par las puertas a esta última teoría
conspiracionista, aunque – como diría un abogado defensor
norteamericano-basándose exclusivamente en indicios y pruebas circunstanciales,
suficientes para elaborar una teoría pero no para pronunciar un veredicto. Ni
siquiera se sabe a ciencia cierta qué pasó con su cuerpo.

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[@more@]El principal
museo público del Reino Unido – y uno de los más importantes del mundo-se
conforma con plantear preguntas sin esperar una respuesta, y lleva a cabo su
juicio con la ayuda de manuscritos del siglo XVI, procedentes de Ciudad de
México y Glasgow, con ilustraciones que describen a un Moctezuma encadenado y
con una soga en torno al cuello, subido a un balcón, cautivo en apariencia del
invasor. Es sólo uno de los testimonios, dentro de una ambiciosa exposición que
pretende reivindicar la figura del guerrero azteca, denostado como el
Chamberlain de su época, que ya fuera por indecisión o error de juicio colaboró
con el enemigo y se convirtió en marioneta de Hernán

Cortés en vez de
luchar contra la agresión imperial que venía de allende los mares.

La
fabulosa exposición tiene dos lados, el político y el meramente artístico, que
interaccionan y se complementan. El primero, apoyado en documentos como el
Códice Durán de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid o el Código Mendoza de
Oxford (así nombrado en honor del primer virrey de Nueva España), explora el
contexto histórico, las siniestras premoniciones que precedieron a la llegada de
los españoles, la importancia de Tenochtitlán como una ciudad de doscientos
cincuenta mil habitantes a principios del siglo XVI – algo que no existía en
Europa-,el papel del linaje y la religión en la cultura azteca, el expansionismo
militar de Moctezuma, los ambiciosos proyectos arquitectónicos… El segundo son
casi un centenar y medio de piezas procedentes de veintitrés museos de todo el
mundo, más la propia colección del British.

Máscaras, cráneos, una
serpiente de dos cabezas con incrustaciones de turquesas, ornamentos rituales,
armas, libros, mosaicos, maquetas arquitectónicas (como la del Gran Templo),
piezas de orfebrería y la pirámide de piedra volcánica conocida como el Teocalli
de la Tierra Sagrada – símbolo del poder de Moctezuma y que por primera vez ha
viajado fuera del país-enriquecen una exposición organizada en colaboración con
el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Catorce objetos de
oro hallados hace poco en el curso de unas excavaciones han sido interpretados
como ofrendas de oro a los dioses a la entrada de una tumba real.

"Moctezuma es una figura trágica con una reputación muy ambivalente –
dice Colin McEwan, el comisario de la exposición-.Pero nosotros hemos querido
mostrar su otra cara, la de un gobernante que reinó durante casi veinte años una
sociedad sanguinaria pero enormemente sofisticada para su época, expandió el
imperio mexicano con un poderoso ejército, y llevó a cabo un gran programa de
monumentos públicos hasta que por mar llegaron unos extraterrestres con yelmos,
armaduras y trajes brillantes, y su mundo se vino abajo".

Cobarde o
valiente, héroe o villano, colaboracionista o resistente, traidor o mártir,
Moctezuma provenía de una tradición imperial y tenía una agenda de poder que
chocó frontalmente con la de Hernán Cortes y los ejércitos españoles. Fue una
colisión titánica cuyas chispas han llegado siglos después a Londres, y prenden
ahora en el Museo Británico.

© La
Vanguardia y Clarín