Los Niños del Llullaillaco son un desafío para la humanidad

(enviado por Rodolfo Lobos Molas)
ENTREVISTA Katia Gibaja, presidenta de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta, y coordinadora de Acción
Cultural del MAAM (Museo de Arqueología de Alta Montaña)

El domingo 23 de agosto del 2009 se estrenó a nivel mundial, con gran despliegue mediático, el documental “Niños momia sacrificados en Salta”, de la National Geographic Television. Muchos salteños se sentaron frente a la TV para ver de qué manera realizadores norteamericanos reconstruían una historia protagonizada por antepasados de las comunidades originarias que todavía habitan suelo americano.


En la Puna, los chicos empleados para ficcionalizar el documental de la “Nat Geo”.

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[@more@]El filme alterna comentarios de investigadores con la ficcionalización
del viaje de 1.500 kilómetros de distancia que los tres niños
realizaron desde Cuzco (Perú) hasta la cima del volcán Llullaillaco. En
una secuencia, la antropóloga forense Angelique Corthals sostiene:
“Hablamos aquí de un niño que fue muerto violentamente”, en referencia
a la más pequeña de las “mallkis”.

Científicos locales ya dieron su opinión acerca del documental, pero,
¿cómo lo vieron los miembros de la comunidad andina en Salta?

Para Katia Gibaja, presidenta de la Academia de Quechua Qollasuyo Salta
y coordinadora de Acción Cultural del MAAM, el caleidoscopio con el que
la cultura occidental miró siempre a las antiguas civilizaciones de
América no ha cambiado demasiado. Una prueba está en el hecho de que el
documental hable de “momias”y de “sacrificio”.

¿Existen errores históricos en el documental de la Nat Geo?

Desgraciadamente, el amerindio creado en el imaginario europeo de los
siglos XV y XVI persiste hoy en día, a pesar de los métodos científicos
creados en el siglo XIX. Como diría el doctor Peter Hassler,
investigador de la Universidad de Zurich y autor del libro
“Sacrificios humanos, ¿realidad o fantasía?”, no sólo es escandaloso
sino totalmente inaceptable que hoy se sigan utilizando como fuentes
históricas una serie de documentos inquisitoriales, crónicas de indias
occidentales, documentos de evangelización escritos por invasores
europeos y por amerindios y mestizos cristianizados.
El documental de la Nat Geo está hecho con una mirada grecolatina y románica, siguiendo tan sólo el tema forense.

¿Cree que el tema de la alteridad ha sido un filtro a la hora de interpretar los hechos?

Sí, porque se analiza todo desde un pensamiento lineal, sin tomar en
cuenta la ciclicidad del paradigma andino. También es errada la
interpretación de los sacrificios humanos y de las muertes ofrecidas a
los dioses. Debemos pensar que, en ese momento, las culturas americanas
enfrentaban la llegada de los españoles, que arrasaron con pueblos
indefensos, que intentaron desarrollar el tema de la conservación para
salvar a sus hijos. Al depositarlos en lugares como el Llullaillaco
intentaron preservar sus vidas. Los niños llegaron a este siglo, pero
como ya casi nadie habla en Salta el quechua, no podemos comprender el
mensaje.

¿Cuál fue el mensaje del ritual que se realizó en el Llullaillaco?

El ritual de Qhapaq Qhocha tiene un significado muy diferente al que le
dieron la mayoría de los que escribieron sobre este tema sin conocer el
idioma. “Qhapaq” significa rico, poder, fuerza; “Qhocha” es agua en
grandes cantidades. Una traducción sería: “Es la fuerza, el poder y la riqueza del agua para poder conservar la vida”.
Es lo que ocurrió en las altas montañas, donde la conjunción de nieves
eternas, humedad, baja temperatura y nitrógeno permitió la conservación
de estos niños. Está constatado científicamente que sus células están
intactas. No hay signos de violencia en los cuerpos, esto está
comprobado por tomografías computadas y resonancias
magnéticas. Los niños llegaron al siglo XXI en perfecto estado de
gelación y no de congelamiento. Gelación es crioconservación
(“katakushianmi”, en quechua) o conservación en frío.

En el documental se repiten palabras que para nosotros tienen una carga negativa, como “drogar”, “sacrificar”… ¿Cómo lo ve?

Investigadores de mucho prestigio han echado por tierra las versiones
de los cronistas. Es el caso del doctor Hassler, de la Universidad de
Zurich, quien en su tesis doctoral ha analizado dichas fuentes con
claridad científica, comprobando que constituyen una de las más grandes
falsificaciones que se han fraguado en los últimos 500 años. El
demuestra que los sacrificios humanos en los pueblos indígenas de América son una mentira histórica de los españoles para justificar el
asesinato de miles de nativos. Esta incapacidad de comprender otra
cultura se nota cuando hablan de la hoja de coca, como una droga,
cuando sabemos que es una planta milenaria que nutre, cura y acompaña.

La cultura occidental no comprende entonces la noción de vida y muerte de los incas.

Poco a poco se acerca a esa comprensión, pero para que sea definitiva
debe renunciar a la separación entre ciencia y espiritualidad. Nuestros
antepasados amerindios alcanzaron niveles elevadísimos de progreso
científico, evidentemente sin separar ambas cosas.

¿Se sabe fehacientemente la causa de la muerte de los tres niños?

Cuando estos niños fueron encontrados estaban como dormidos, con sus
órganos intactos, la sangre coagulada en las venas y los pulmones con
el aire inspirado hace más de 500 años. Su estado no coincide con la
noción de “expiración” del pensamiento occidental. Estos niños son un
desafío para la humanidad, y especialmente para la ciencia médica. Si hablamos de “conservación de vida”, es difícil
afirmar la muerte. Pensemos en el Llullaillaco como un gran freezer que
guardaba algo sin fecha de vencimiento.

Por nuestras raíces

La licenciada Katia Gibaja se desempeña actualmente como presidenta de
la Academia de Quechua Qollasuyo Salta y como coordinadora de Acción
Cultural del Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).

Nació en Perú, es psicóloga recibida en la Universidad de Buenos Aires
y desde hace varios años trabaja en la difusión de las culturas
ancestrales de América. El quechua es su lengua materna y ha fundado
una academia para la difusión de esta lengua en Salta. Desde hace una
década trabaja en la investigación de las culturas originarias.
Con este fin organiza todos los años las Jornadas Precolombinas, cada mes de octubre.

En esta edición, la 2009, el tema de debate será “El sentir de los Niños del Llullaillaco”.
Acerca de qué significan estos niños para la cultura andina, explicó la
profesional : “Nuestros abuelos nos expresan que no son momias. En
quechua se denominan “mallki”, que significa “ancestro”,“semilla” y
“procreación”.

Ancestros, porque son niños y son nuestros tatarabuelos; semillas,
porque son semillas de lo humano, y procreación porque sus células
están intactas. Son niños mensajeros que nos tienden un puente al
pasado y al futuro”.