Significado de Otorongo Wasi

Emblema representativo de Otorongo Wasi

Otorongo

Otorongo

Otorongo Wasi es una voz quechua que, en español, representa las palabras Felino, Jaguar y casa.

Sin embargo la traducción es un poco más compleja que «La casa del Jaguar», ya que el vocablo quechua Otorongo hace referencia a una tradición y a una sacralidad específica propia de las culturas Andinas y Amazónicas.

Tal es así que se suele hablar en antropología del denominado «complejo Felínico» haciendo referencia al Otorongo, en nuestro país haciendo referencia a las representaciones de la denominada «cultura Aguada».

Se hace referencia entonces a un felino mágico, mítico relacionado con el mundo nocturnal (o el Punchao matinal), el mundo del éxtasis visionario propio del Shamanismo sudamericano.

Los ojos del jaguar brillan en la noche como la representación de «aquel que ve aún en la oscuridad», «que ve lo que no se ve», desvelando las sombras, es un depredador, un cazador que cuida la entrada al mundo mágico, al cual el iniciado pretende penetrar.

Una vez en tránsito el jaguar empieza a metamorfosearse, ya sea tornándose antropomorfo o bien transformándose en una criatura sin precedentes semejante a un «dragón» (estas representaciones felínicas y ofídicas de la cultura Aguada le valieron la denominación de «cultura Draconiana»).

Este nuevo Otorongo resultante sobresale por sus enormes colmillos (wajsa), sus garras (Sillu) y su «gancho» (Wayuy).

Las garras de este felino mítico son las que abren las puertas que separan este mundo, del mundo del mundo de las deidades tutelares. Con sus garras y sus colmillos desgarra la carne del iniciado, y con su «gancho», engancha el «espíritu» la «esencia» para transportarla a otro lugar.

Una vez allí, se transforma en guía, y suele tomar forma antropomorfa, es el mundo de los «elementos» y sus representaciones, es el mundo de la denominada, «deidad de las manos Vacías» o la del «sacrificador».

El jaguar es entonces un tótem, un protector en el mundo de todos los días, es un maestro por derecho propio.

En su aspecto más abstracto es la representación de lo insondable, de la voluntad del iniciado por trascender su experiencia terrenal, es lo «innombrable», es solo el ojo que todo lo ve, es la representación de una sacralidad profunda, un principio rector que todo lo inunda.

Siempre esta allí, aunque raras veces se deja ver.

De él solo podemos encontrar sus huellas.

El iniciado entonces recorre el camino, siguiendo las huellas del Otorongo, del cual poco a poco va aprendiendo en virtud de sus capacidades.

Por ello cuando mencionamos «la casa del Otorongo», no hacemos referencia a un lugar físico específico, sino a un lugar dentro de cada hombre o mujer, donde el Otorongo habita y desde donde escuchamos su rugido, como recuerdos que pugnan por hacerse conscientes en medio de la confusión de pensamientos.

 

Otorongos
Kero

 

El motivo específico que elegimos fue una representación del felino incisa en un vaso keriforme, posiblemente encontrado en las serranía de Ambato, y que se encuentra actualmente en la colección de Quiroga.

Se trata de una representación particular ya que es solo la mitad de la misma, donde se ven dos felinos con collar amarrados a una especie de lanza o bastón (Tauna), en actitud de querer liberarse de la misma, siendo quizá una de las más bellas representaciones de la cultura Aguada en cuanto al tema del Otorongo.

Otras representaciones similares se encuentran en la cultura Huari (Bolivia).
ChakanaEl fondo esta conformado por la «Chakana » (escalera) o cruz andina, para los Aymaras representa la constelación de la » cruz del sur «, en color verde, propio de las Plantas Maestras relacionadas al ciclo felínico nocturnal.

La Chakana es quizá el «símbolo mitográfico más antiguo y característico de la cosmovisión andina, Data de más de 3500 años atrás, ya que es rastreable en la cultura Chavín (y tal vez antes) en el Perú arcaico»*.

Es una de las representaciones simbólicas más comunes del arte cerámico y arqueológico de nuestro país, tanto así que lo encontramos en diferentes representaciones en la Patagonia, como en las culturas pampas, (guarda pampa).

 

Asimismo, para el diseño del presente sitio hemos elegido los colores asociados con las vasijas y cerámica de las culturas del NOA (Noroeste argentino), acompañados por el verde tan asociado a las Plantas Maestras con las que trabajamos, y el color dorado del maíz, grano sagrado para no pocas culturas de nuestro continente.