Ella llegó para enseñarme

“Mi padre es curandero… mi abuela y mi bisabuela también lo fueron… lo es desde los 6 añitos… yo solo soy su aprendiz… pero además soy Psicólogo Clínico a su expreso y particular pedido.”
“Mi compañera fue criada por él… hoy vivo en la casa que se construyó para mi abuela Doña Nicolasa… nunca habitada… solo cuando trabajaba curando y aliviando gente.”

“Ella se llama Mariana… y también aprendió de él.”

“Mi padre me envío en una especie de VIAJE DE INSTRUCCIÓN, a aprender con otras personas… de diferentes lugares… yo me encariñé con una familia de curanderos del norte de Córdoba, durante 9 años estuve junto a ellos, durante todo ese tiempo pasé temporadas de hasta tres meses internado en el monte… y a veces me cuesta responder a gente que me plantea lo importante del silencio del monte… como si no lo conociera… me disfracé de diferentes personajes, el más querido siempre fue “Juanchila”.Hace ya una buena cantidad de años, quizá no tantos, pero para mi es una especie de eternidad, decidí junto a un grupo de colegas y amigos emprender un viaje, lo cierto es que había estado esperando desde, quizá siempre, esa oportunidad, un viaje para conocer directamente, para buscar respuestas a muchas de las preguntas que había coleccionado en el camino, y en verdad no eran pocas.

Sucede que en realidad yo había emprendido el viaje, mi verdadero viaje hacía ya muchos años…

Conocí el HAMBRE, LA SED, EL FRÍO, EL CALOR, LA SOLEDAD, EL MIEDOMUCHO MIEDO!

Me llené de quebradas, de arroyo, de sierra y pirca, de chingolos, perdices y jotes, de noches con o sin luna, de recovecos y misterios, de nubes y relámpagos, de truenos estruendosos, caminando… siempre caminando entre serpientes de brisa… dormí entre fantasmas… corrí en medio de la tormenta mientras las centellas cegaban mis ojos y el rayo esculpía la piedra… vi cosas… kakumen… estuve en medio de guerras de curanderos y brujos… fui emisario de los viernes a las 12 de la noche… fui compañero casual de los zorros o los zorrinos… danzantes invisibles me visitaban… pero sobre todo fui alumno del MURCHI TOSTADO.”

Escuche por primera vez la voz del arroyo y la piedra en aquellos días… por primera vez sentí estar en el lugar preciso y ser parte de todo… dormí en lo socavones mientras comía raíces rancias, Raúl, mi querido Raúl… Semelweiss… caminar durante días bajo la lluvia, dormir bajo la lluvia, reír bajo la lluvia, ESTAR VIVOS bajo la lluvia… digan lo que digan, éramos tres los que conocimos al “duende del monte”… la pócima más fuerte, el té de peperina pipita con leche… mientras la cahimba ardía con la menta.

Me había dormido sobre una piedra inmensa, por milagro no me caí, de haber sido así el resultado era seguro, era muy noche cuando lo vi por vez primera, sus manos y sus ojos, eso OJOS, y su poncho…

La última temporada de esos años me acompaño Mariana… ella aprendió sus cosas.
Recuerdo la primera “ceremonia”, Luis Goñi… nuestro agradecimiento, lloré mucho… sentía lo que venía… por fuera un incendio que casi nos corta el paso, el TATA NINA SELLÓ la noche.
Cerro colorado… agua escondida… otro maestro…

Por increíble que parezca… no me retiré a la Amazonía, ni a un lugar exótico, donde estas cosas son posibles, lo mío siempre fue así… sencillo, (o así de complicado, vaya uno a saber?), me dirigí en el auto de un amigo a un lugar de la calle Bompland, en el barrio de Palermo, hoy Palermo Hollywood, creo que no podría olvidarlo, creo que fue en noviembre, aunque la fecha no me es precisa.
Allí bebí por primera vez la pócima AYAHUASKA, de la mano de uno de los amigos de Terence y Dennis Mackenna, el antropólogo Luis Eduardo Luna*.
Aquel viaje que emprendí esa noche… es un viaje que … ha cambiado mi vida … que le ha dado forma… y lo mas importante de todo, AÚN CONTINÚA Y NO HA TERMINADO!

Esa noche fue memorable no por los efectos, sino por la ausencia de los mismos.
Obviamente reincidí, no una, muchas veces, más de las que realmente pueda recordar, aquel solo fue el comienzo.

Durante tres años consecutivos y sin interrupciones bebí la infusión cada 15 días, y hasta tres noches seguidas, junto a un grupo de colegas, médicos, y amigos, todos ellos profesionales… nuestra intención era validar el posible potencial terapéutico de esta bebida que un compañero había viajado a buscar a los lugares donde tienen origen sus componentes.

Cada noche, sin ningún tipo de guía, sin nadie que nos indicara cómo ni qué, fui aprendiendo, directamente de ella, sin concesiones ni intermediarios.

Sonidos, detalles, sensaciones, imágenes, se presentaban regularmente junto a otro tipo de representación que para esa época era muy estable, (algo que para mi sigue y seguirá siendo un guía) algo o alguien que se encargaba de mi instrucción dentro de las experiencias.
De alguna manera, muy pacientemente estaba acumulando conocimiento práctico respecto a los cómo, los por qué y los para qué.

En esa primera época casi todos aprendíamos con una velocidad increíble, interactuábamos comúnmente en medio de nuestras experiencias y de ellas devenían cosas extremadamente claras, como por ejemplo la presencia de otros espíritus vegetales, sobre todo los que nos acompañaban en el lugar donde realizábamos la ingesta, una chacra de dos hectáreas a las afueras de Rosario, Santa Fe.

… también había otros espíritus…

Allí me perdí y me encontré, peleé, fui vencido y vencedor, fui sanado y sanador, fui herido, fui nada, fui todo, fui pasado y también futuro, este futuro, que hoy es nuestro presente.En mi juventud fui “artesano de la música”, como me gustaba referirme a mi mismo, ya que músico me parecía demasiado, fui muchas cosas… ilustrador me gustaba mucho… . pero la MAESTRA me enseño a cantar , ya casi me había olvidado… de cero, me enseñó sus ritmos y cómo cada uno de ellos, así como los sonidos y los sonidos dentro de los sonidos y notas dentro de las notas, servían para algo concreto… poco a poco aprendía el ceremonial que más le gustaba.
Y ese sí era un verdadero tema!

Las distancias… como memorarlas… como tan siquiera intentar mencionarlas… pero hoy es necesario, he ido muy lejos, más de lo que nunca imaginé… encontrando y encontrando, a esas alturas ya me había olvidado de buscar… recuerdo muy presente una vez en que pensé, mejor dicho, supe, que no regresaría, y de hacerlo, no todo mi ser regresaría… estaba solo… tan completamente solo… pensé en mi GRAN AMOR, MI COMPAÑERA, ella estaba allí en nuestra cama, flotando dormida en un mar de estrellas, yo solo saqué una perla brillante de mi corazón que estaba en el interior de algo y soplé… sí… allí sople por primera vez!… y una parte mía regreso junto a la perla durante varios eones, varias eternidades… tanto que me olvide de mi mismo… arribó a destino, directo al corazón de mi AMADA, gracias a ella regrese siguiendo esa pista, sin saber quién era, ni por qué lo hacía y durante otra eternidad intenté recordar…

(Hace poco una película me recordó esto… «La Fuente».)

A veces me desconozco, me siento un extraño, en tierras extrañas… a veces algo en el fondo de mi ser tira, puja… como si quisiera regresar a alguno de esos lugares…

Por aquellos días pagué mis primeras deudas, las propias y las de otros… yo pagué por aprender y sobre todo por no hacerme cargo de lo aprendido…

Se despidió de mi una noche… me dejó muchos regalos, para mi, para mi padre y para todos los que trabajamos con ella, ojalá cada uno haya encontrado ese don que repartió!… prometió regresar junto a mi en el futuro, pero de una manera diferente… yo no comprendía… fue clara, debía ponerme a la disposición de otra MAESTRA que me necesitaba, necesitaba que recordara y ayudase a recordar a otros… era una anciana… siempre recuerdo esos ojitos terribles! Y a esta Señora viejita diciéndome “Mïjito”… esa noche me enseño a fluir con los acontecimientos, a tener “paciencia activa”… era un desafío…
Con Mariana emprendimos el primer «PACHA TOUR«, era clarísimo, sabíamos exactamente a dónde nos dirigíamos… bebí junto a los menhires… solo… en medio de la noche… solo podía quedarme junto a ellos hasta que la luna se escondiera entre los cerros… la MAESTRA seguía su labor, había sido clara, … había llegado para enseñarme parte de aquello que me faltaba aprender, particularmente a trabajar con las Plantas Maestro, solo que en una selva diferente.

… noche… desierto adentro… el cielo… la luna… habíamos entrado con Mariana al mundo de la nueva maestra… pero se presentó otra cosa… el miedo… corriendo entre espinillos a oscuras… el perro que nos socorrió… esa noche, sin saberlo sellamos el futuro.

La Nueva Maestra nos encontró a nosotros

Cada persona que durante años fueron mis AMIGOS… TODOS quedaron atrás… mis planes… mis proyectos… hasta mi propia familia, pero todos viven en mi corazón.

Fue increíble, aún me cuesta creerlo, fui a dar a los lugares precisos en los momentos más oportunos de mi vida!… así aprendí a conocer, primero desde fuera a mi NUEVA MAESTRA, terminé trabajando con la persona que hacía más años trabajaba con ella, un aprendiz de Eduardo Calderón Palomino, Curandero renombrado hasta nuestros días del norte del Perú.

Es realmente muy gracioso!!!… estuve con casi todos los que de alguna manera están hoy relacionados con las Plantas Maestro, y en varias instituciones pioneras (todas las que conozco!), incluso preparé a algún joven para transformarse en la próxima generación de Ayahuaskeros!

Seguramente debe de haber alguien enojado conmigo, y no es para menos, debe haber quien cree que uno se aprovechó de sus conocimientos… no puedo evitar sonreír… es que fue siempre lo mismo… paciente y activamente trabajando… aquí y allá… SI SEÑOR!!!!… SI SEÑORA!!!!!!!!… donde lo quiere USTED, aquí o allá?… solo soy su humilde servidor!… -«Lo que pasa es que vos andas queriendo trabajar con esto de las Plantas!!!«…  -«No hoy… No mañana… pero voy a hacerlo… nunca lo oculté«. Esa fue siempre mi respuesta.

Y el tiempo pasó… ya no hace falta… puedo hablar tranquilo, sin avergonzarme… puedo ser yo mismo.”

Porque la WACHUMA?

Ella no viaja… no es itinerante… esta fuertemente arraigada a su Tierra… adora el agua, la nieve… aunque las conoce poco!… le cuentan, dice ella.

Ella es vieja… ni joven, ni pendeja… es vieja, como su desierto… fue MAESTRA de muchos MAESTROS… es sutil, como los años.

Las jovencitas que nos suelen acompañar solo tienen unos 300 años!… su utilización se remonta muy al norte… nuestros ancestros la encontraron y aprendieron de ella.

Dice que su prima, a la que llaman San Pedro, y ella misma son como “Arquitectos”, que les encanta inspirar cosas… por eso los quechuas hicieron cosas en piedra… y se metieron en tratar de entender las cosas… las chiquitas y las grandes, y asi le dieron sentido a las cosas…

Es una MAESTRA paciente, … y exigente… es increíblemente sutil… es una curandera, una doctora, una Medicina… ES VIENTO … ARROYO…MISTERIO.

Siempre esta allí esperándonos, nunca nos abandona, ni por un segundo, siempre a nuestra disposición, las otras MAESTRAS pueden no llegar, pueden no viajar, nosotros podemos no llegar fácilmente hasta ellas, o peor aún, ni siquiera difícilmente… sin embargo ella siempre esta allí…

Es la última en salir, en aparecer… es la carta escondida en la manga… es la que le da sentido a este tramo de nuestra historia… finales… principios.

Ella es tierra… es cuerpo… es acto y acción… es raíz cuando tiene que serlo y flor cuando llega el momento.

Nos enseña a “Florecer”…
En verdad podría dar un sinfín de argumentos de… por qué?
Algunas Plantas, entre ellas el Ayahuaska han sufrido el precio de su irrupción en el mundo de los occidentales.
Esta última, si se quiere, es más conocida, sea ya porque se habla más de ella o se escribe más de ella, tiene un “Marketing” particular por decirlo de alguna manera.
Y la cosa va en marcado aumento día tras día.
Pero por ella misma sé que se presenta a nosotros de la manera más directa… por nuestros ojos… sus visiones son indiscutibles… pero para manejarlas suelen hacer falta años.
Nos da gran cantidad de información, pero mucha queda en ningún lado…
A muchos les encanta su “TRIP”… la identifican con más facilidad a un “viaje”… pero no es un problema de ella, es sencillamente nuestro.

En cambio la Wachuma… 

De esta segunda MAESTRA aprendí y sigo aprendiendo meticulosamente.
Es una MEDICINA sutil, es la MEDICINA del AQUÍ Y EL AHORA, es muy muy efectiva. Es el complemento perfecto del Ayahuaska, pero también es unaMAESTRA por derecho propio.

Y como tal no es complemento de nadie.

Trabaja por sus propios medios con quien quiere trabajar… no nos da lo que queremos, no nos lo hace sencillo, nos da lo que ELLA considera que debe darnos, nos guste o NO!.

Tiene sus formas y maneras, así como su tratamiento… con otros compañeros y compañeras vegetales, tiene dietas y retiros, puede trabajarse de noche como de día, y sobre todo, por su finura y sutileza, la psicoterapia se torna en una aliada invaluable…
y por ser Tierra y Enraizarnos, el trabajo corporal no puede ni debiera faltar.

Este particular aprendizaje tiene fundamentalmente que ver con el hecho de “encontrar” vías de acceso y soluciones a situaciones, sucesos y hechos que ocurren en la vida de quienes vivimos en esta parte del continente en este tiempo.
Cada Maestra también tiene esto, un sentido de pertenencia.

Como ninguna otra PLANTA MAESTRA, la WACHUMA esta emparentada con cada uno de nosotros por una cuestión de “sangre”, la sangre derramada durante siglos por nuestros ancestros directos, ELLA nos contacta nuevamente con ellos, nos habla de ellos, nos cuenta sus cosas, por eso es para nosotros vital la frase, “RECORDAR EN ACTO”, ella nos habla de recuperar parte de lo que ahora se conoce como “COSMOVISIÓN” o “SACRALIDAD”.

Por qué justo en este momento se me ocurre contar muchas de estas cosas?
Sencillamente porque es el momento… y antes de ahora no lo era.

Porque deseo que algunas cosas empiecen a quedar claras… sobre todo porque en un futuro cercano algunas cosas serán más difíciles de entender sin un antes y un durante.

Como cuando algunas personas me preguntan: … Y usted qué sabe sobre esto?

… en el fondo siempre me respondo lo mismo, en silencio, algo que aprendí hace ya tiempo… por esto vivo… por esto muero.

Porque este es el momento de la Mamaicuna Wachuma, porque este es el momento del “CAMINO DE LAS MAMAICUNAS”, porque este es el momento de seguir “LAS HUELLAS DEL OTORONGO”.

Llegó la hora de empezar a FLUIR… !

 

PD: Para esa Ardilla que anda subida al árbol del mundo, para Pablito, nuestro testigo que anda por las ramas del árbol del mundo, para Marieta, Pit, la Pacha y Roberto…